sábado, 13 de junio de 2009

La justicia francesa amenaza el futuro de los cienciólogos


Según informa Andrés Pérez, corresponsal del diario español Público, el juicio que se celebra en París contra la Iglesia de la Cienciología por presunta "estafa", "abuso de confianza" y "ejercicio ilegal de la farmacia" entró la semana pasada en su fase clave. Un experto judicial independiente calificó de "fantasiosas, ambiciosas y risibles" las supuestas terapias que la secta pone en marcha con sus adeptos tras las medidas supuestamente psicológicas efectuadas con un aparato-fetiche llamado electrómetro.

Philippe Ripoche, uno de los ingenieros y expertos judiciales requeridos por la Fiscalía que ha instruido el caso, fue bastante taxativo hace varios días, cuando fue convocado ante el tribunal para explicar sus conclusiones sobre el electrómetro. Se trata del cachivache que los cienciólogos venden obligatoriamente a los adeptos que pretenden medrar en la jerarquía, al precio de unos 4.800 euros en Francia. Según expresó el perito, el aparato efectivamente "mide algo", puesto que reacciona con una variación de resistencias eléctricas. Reconoció que se quedó "sorprendido" al ver que "con la evocación de recuerdos dolorosos, la resistencia eléctrica de las personas caía en proporciones importantes".

No obstante, a la pregunta del tribunal sobre si la literatura ciencióloga en torno a esas mediciones tenía algún fundamento científico, el experto la calificó de "fantasiosa, ambiciosa y risible". El aparato "quizá da una indicación del estrés dijo, pero no una certeza absoluta". "No parece que este aparato pueda ser utilizado como una asistencia de psicoterapia", concluyó Ripoche.

Dudosa eficacia sin base científica

Con esos adjetivos y la duda fundada del experto independiente, la Fiscalía logró pegar duro y alimentar el motor de la acusación. A saber, que un aparato comercial en el que los adeptos colocan fe para luego confiarse a ciertas terapias sectarias, igualmente de pago, no tiene en sí ningún fundamento lógico. Así las cosas, los cargos de "abuso de confianza", "estafa en banda organizada" y "ejercicio ilegal de la medicina" ganan crédito.

A diferencia de la confesión con el sacerdote o la hostia en la religión católica que son dispensadas como terapias de fe, pero gratuitamente, el aparato es vendido a los fieles de la Cienciología por un precio que representaría, según los expertos, diez veces más que el coste de fabricación, generando así excedente comercial, a beneficio de las estructuras cienciólogas. Por su parte, los peritos convocados por la secta en su defensa afirmaron que el aparato tiene base científica, aunque no lograron presentar informes universitarios o una publicación científica reconocida o solvente que así lo corrobore.

El pasado 2 de junio, había declarado en este juicio, que durará hasta el próximo día 17, uno de los más antiguos responsables de la secta en Francia, Alain Rosemberg, quien negó que la Cienciología sea una empresa comercial encubierta. A la pregunta del fiscal sobre la razón de la existencia de documentos precisos con una tarificación muy exacta y detallada prevista para los fieles en función de sus recursos, respondió: "Eso permite liberar el camino. Cuando el camino está libre, los cienciólogos florecen de verdad".

Seis responsables cienciólogos, a título personal, y dos entidades creadas por la secta en Francia figuran como acusados en el juicio. Si son declarados culpables, la Fiscalía podrá inmediatamente activar la ley de 2001 sobre movimientos sectarios y llevar el caso a un tribunal superior, que puede decretar la completa disolución de la secta en Francia. En tal caso, refundar la Cienciología y hacer proselitismo en este país pasaría a ser delito penal. Fundada en EE.UU. en 1954 por el escritor de ciencia-ficción L. Ron Hubbard, la secta fue reconocida oficialmente como una religión en territorio estadounidense casi 20 años más tarde.

La Cienciología en España se defiende

La Iglesia de la Cienciología se encuentra en una encrucijada histórica, que podría definir su futuro e incluso su mera existencia en Europa, explica Javier Salas en Público. Estos días, sus líderes franceses afrontan un juicio por estafa que podría llevar a la disolución del grupo religioso en caso de ser condenados. Algo que no preocupa demasiado al líder de la Cienciología en España, Iván Arjona, quien califica este proceso como "una caza de brujas convenientemente orquestada".

Arjona, hijo y marido de cienciólogos, no duda en señalar a la supuesta mano negra: "La mayor de nuestras luchas es contra las drogas y los medicamentos, en especial los psicofármacos: el lobby de la industria farmacéutica es muy poderoso y no le gusta lo que hacemos". En el centro de las demandas de la acusación francesa contra la Cienciología, que en virtud de su legislación sí es una secta, se encuentra el electrómetro o e-metro. La demandante francesa que ha sentado en el banquillo de los acusados a los líderes de este peculiar credo asegura que la obligaron a gastarse 5.000 euros en uno de esos aparatos. "Es lo único que tenemos que se pueda considerar sagrado en nuestra religión", asegura Arjona.

Para demostrarlo, el máximo responsable de la Cienciología en España se presta a hacer un simulacro de auditación con dos escépticos. La demostración es en la sede que este grupo tiene en el centro de Madrid. Efectivamente, la simple evocación de recuerdos incómodos e incluso un pellizco disparan la sensibilidad de la aguja del e-metro. La máquina parece funcionar, pero Arjona asegura que "sólo se vende a quienes aspiran a ser ministros dentro de la Cienciología, que necesitan tener uno en propiedad".

Para el resto, sólo se usa en las audiciones, una especie de terapia emocional por la que cobran un "donativo fijo" por sesión. "Claro que cobramos, no somos como la Iglesia católica que vive de las ayudas del Estado. Nuestra religión está diseñada para saber autofinanciarse y así ser independientes", dice Arjona.

De hecho, una vez constituida legalmente como religión en EEUU, lo primero que se hizo fue crear una empresa paralela (Religious Technology Center) que se encarga de gestionar todos los derechos de autor y marcas registradas de la Scientology (en su nomenclatura original). De este modo, además de recaudar cantidades ingentes de dinero por los artículos que comercializan, mantienen su controvertido universo ideológico lejos de miradas escépticas. A los niveles más avanzados de conocimiento sólo accede quien la Cienciología quiere, y después de pasar por caja.

Pero la polémica por el e-metro no es el único tema que trae de cabeza a los cienciólogos en España. El Ejecutivo central prepara la reforma de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa que, como adelantó esta semana el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, pretende avanzar en la aconfesionalidad del Estado. Una ley que podría modificar el estatus de un credo recién aceptado como tal por España.

En cambio, Iván Arjona, está tranquilo. "Estamos en un punto de inflexión. Pero saldremos reforzados". De hecho, está convencido de que la próxima Ley de Libertad Religiosa y de Conciencia no les perjudicará en absoluto: "Cuando Justicia se planteó la reforma, incluso me llamó Chema Contreras [Director General de Relaciones con las Confesiones] para pedirnos que participáramos aportando nuestras ideas al texto".

Precisamente, José María Contreras, en calidad de director de la Fundación Pluralismo y Convivencia, su anterior destino en Justicia, estuvo presente en el acto celebrado en la sede de esta peculiar Iglesia, en el que la Cienciología celebraba la sentencia de la Audiencia Nacional que permitió su inscripción como entidad religiosa.

Desde Justicia reconocen estos contactos, "una mera formalidad con todas las confesiones registradas en España". El subdirector de Relaciones con las Confesiones, Juan Ferreiro, confirma que la nueva ley no supondrá ningún peligro para la existencia de esta religión ni para su reconocimiento estatal. "La legislación española no puede entrar en calificar a determinados grupos como sectas; la aconfesionalidad del Estado le impide plantear una relación material de lo que es una religión", recuerda Ferreiro. "En el pasado, esta dirección general le denegó en tres ocasiones la inscripción, pero mientras no se pruebe que se trata de un grupo contrario al orden público, ahora cuentan con toda la legitimidad".

Rehabilitación de toxicómanos en Narconon

Un inmenso chalet en la sierra madrileña. En medio del silencio se escucha la voz teatral de un joven: "¡Levántate!, gracias". "¡Siéntate en la silla!, gracias". "¡Levántate!, gracias". Y así, de una manera repetitiva, 10, 12, 14, 20 veces. El chico es un ex toxicómano que está ingresado en uno de los cuatro centros que Narconon, entidad antidroga patrocinada por la Iglesia de la Cienciología, tiene en España. Se supone que está practicando el método Hubbard: la recuperación de las habilidades sociales a través de la lectura de los libros que escribió L. Ron Hubbard, el inventor y fundador de la Cienciología. Lo cuenta Susana Hidalgo en el diario madrileño Público.

Este centro tiene 50 plazas. Al mes hay que pagar 3.000 euros, una cantidad similar a la que exigen en otras clínicas privadas. La terapia dura "entre seis y siete meses", explica uno de los "educadores". "Yo me he rehabilitado y sé de lo que hablo", cuenta este hombre, que acompaña durante la visita al lugar. "Todos los educadores y trabajadores sociales somos ex toxicómanos", prosigue. "Y luego nos hemos sacado el título para trabajar aquí", continúa.

El hombre entra en una clase y saca a uno de los alumnos para que cuente al visitante lo bien que se encuentra. El chico tiene 25 años y se le ve contento. A solas, niega que les laven el cerebro con los métodos cienciólogos. Luego, el responsable del centro asegura que Narconon "no tiene nada que ver con la Cienciología". "Mi madre me preguntó lo mismo", subraya. "Sólo compartimos las enseñanzas de Hubbard, nada más", sostiene.

En cambio, en el vídeo promocional de la Iglesia de la Cienciología en España queda muy claro que una de sus ramas es Narconon. Y así lo resaltan: "La Iglesia de la Cienciología se ha dedicado a patrocinar Narconon durante los últimos 40 años. A pesar de su éxito, trabajamos día a día para expandir este programa aún más". La terapia tiene tres partes. En la primera, el toxicómano pasa el síndrome de abstinencia "de forma natural, sin sustitutivos", cuenta el responsable del centro. En la segunda fase, de un mes, el cliente pasa unas cuatro horas diarias en la sauna "para eliminar las toxinas de la droga" y toma "unas vitaminas naturales".

Es en la tercera etapa, la más larga, cuando entra la "reeducación" y los gruesos libros de L. Ron Hubbard. "Los alumnos estudian ocho horas al día estas enseñanzas. Es mucho mejor que andar plantando flores", señalan desde Narconon. Los chicos, además, tienen tiempo libre, pero no pueden salir del centro. "Aquí tienen la tele con 40 canales y si quieren ver un partido de fútbol, pues se lo compramos", señala el responsable.

Las habitaciones son dobles, con literas. Las duchas son comunes y las chicas duermen en otro chalet. En el vídeo de la Cienciología también aparecen estos chalets idílicos, gente andando, estudiando... Todo a cámara lenta. Y luego, declaraciones de estadounidenses ex toxicómanos que han pasado por la experiencia metafísica de la sauna. "Al salir, todo se hizo brillante... ¡Dios mío, esto es el mundo!", dice uno. "Salí de la sauna y me puse a llorar", remacha otra.

A Antonio Escobar, presidente de Enlace (Federación Andaluza de Ayuda al Drogodependiente) todo esto le suena a "una intervención sectaria". "Es una barbaridad pasar el síndrome de abstinencia sin ayuda médica. Es un sufrimiento innecesario. Y lo de la sauna, suena muy extraño. El cuerpo ya ha eliminado las toxinas durante el síndrome de abstinencia", señala Escobar. El responsable del centro de Narconon asegura que la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) les avala, pero una portavoz de esta entidad, a la llamada de este periódico, lo negó categóricamente.

Fuente: Info-RIES nº 137 (13/06/09).

No hay comentarios: